25 ago 2012

COMENTARIO SOBRE LAS GIRAS



La trascendencia de Siete Años con «La Aldea», más allá de mostrar los presupuestos estéticos y líricos de «Los Aldeanos», –presupuestos escamoteados y eclipsados por un debate hartamente manipulado entorno a sus letras– estaría marcada en la declaración de actitud expresada por «El Aldeano»: “A lo único que pertenecemos es a la Asociación Hermanos Saíz y al corazón de este pueblo. No somos asalariados del imperio, no te equivoques.” Reafirmada en las palabras de «El B»: “Si viniste a ver un espectáculo político estas muy, pero muy equivocado, esto es música del pueblo para el pueblo.”
Reafirmación de la coherencia entre sus discursos y la postura que asumen: la verdad como lógica de vida, desde la tangencia, a contracorriente, sin complacencias, ni medias tintas… asumiendo el riesgo de sus lecturas otras sobre un contexto con el cual no se identifican enajenados, sino una voz otra, áspera y cuestionadora. Riesgo que los ha ubicado en el vórtice de una polémica y en la vorágine de un diferendo que debe ser solucionado desde el diálogo, que debe ser confrontado desde la pertenencia, que debe ser escuchado desde la lucidez.
Aclarados los puntos y las dudas para los inadvertidos, comienza la travesía.





DJ Neury calienta las pistas. «Los Aldeanos» interpretan un pot purri de sus temas. El público es el coro. Todas las manos están alzadas. Ocurre el desborde, imposible de contener, hasta el pie del escenario.
Rompe el primer track: “Los Aldeanos,” del disco «El Atropello».
(Cada track va precedido por imágenes de la vida cotidiana cubana, de su quehacer, del “sino” que a diario carga sin dramatismo ni fetiches. Imágenes bien captadas, sin la pedantería gratuita de lo “supuestamente” apolítico. Imágenes de Cuba tal cual es Cuba. El VJ conoce su oficio).
Pausa. «El Aldeano» y «El B» intercambian con el público. Saben que le hablan a su pueblo, allí representado, y lo hacen desde un respeto sagrado que el público le corresponde. Irrumpe el segundo track: “Las mykiss,” del disco «Censurados».

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Pausa: La promoción
El concierto Siete Años con «La Aldea» estaba pactado para sucederse el sábado 24 de abril. Una vez más, razones de estrategia decidieron no realizar promoción ninguna en los medios de difusión masiva, excepto una nota de prensa circulada, vía correo electrónico, el miércoles 7 de abril. Una semana más tarde los coordinadores de Siete Años con «La Aldea» enfrentan un imprevisto: cambio de fecha para el viernes 23. El lunes 19 de abril se circula una nueva nota de prensa, donde se agrega que las entradas para la presentación estarían a la venta desde el jueves 22, a las once de la mañana. Hora y media después las entradas quedaron agotadas.
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“Nosotros vamos a pedir un minuto de silencio por toda la gente linda que no está con nosotros ya,” convida «El Aldeano». La solemnidad gravita en el “Acapulco.” Más que homenaje es una ofrenda de honra y respeto que culmina con el público reclamando una vez más “la aldea…la aldea… la aldea.”
Los valores morales y sociales que se han perdido. Pérdidas que no se justifican bajo situaciones de agobio, ni ante el sacrificio diario por la sobrevivencia. El corazón es lo que da y lo que salva. Pero la resignación tampoco es la salida, sino el riesgo de horadar las disyuntivas. Mensaje que «El B» regala al público. Gravita la solemnidad ante la fuerza de su palabra. DJ Neury poncha, y rompe el tercer track: “Miseria humana”, del disco «Miseria humana».

«El Aldeano» introduce el tema sobre el freestyle. El público sospecha lo que se aproxima. La pantalla proyecta imágenes de “Las Batallas de Gallos” 2007 y 2008. Ovación cerrada que reverencia a «El B», campeón indiscutible de las dos lides.
Puro clímax. «El Aldeano» propone el pie forzado y «El B» ofrece una clase magistral de freestyle. No hay dudas. Ganarle a «El B» será una tarea ardua para cualquiera que le presente duelo. Cierran el Freestyle con el coro de “La naranja se pico,” recordándole al publico que los derechos negados no se olvidan, pero se traspasan.

«El Aldeano» y el «El B» presentan a sus primeros invitados: «El Relevo de Nuevo Vedado», agrupación integrada por tres niños.
Momento emotivo. «El Aldeano» pide al público apoyo y respeto para ellos. Tres niños que un día tocaron a la puerta de «26 Musas» (templo y estudio de «La Aldea»). Querían que Aldo les hiciera un background. Iban a participar en un concurso, tenían el texto pero no la música. El producto final fue la canción “Medio Ambiente”, ganadora del “Concurso Provincial de Medio Ambiente” en la modalidad de “Canción” en la Educación Primaria. Un orgullo para ellos compartir escenario con «Los Aldeanos». Un orgullo para «Los Aldeanos» que tres niños, y sus familiares, le hayan otorgado la confianza de guiarlos en el empeño de ser raperos. Más allá del compromiso, el público le ofreció respeto, honores y aplausos merecidos. De manos de «El Aldeano» y «El Bi» recibieron dos sencillos obsequios uno de «La Aldea», y de la «Asociación Hermanos Saíz».
Pausa. Cambio de DJ.
DJ Neury deja la pista hirviendo. Le entrega el mando a otro coloso de las máquinas: DJ Wichy D´Vedado. El público le da la bienvenida. Poncha. Rompe el cuarto track: “Niñito cubano,” del disco «El Atropello».

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La escenografía
Diseño escenográfico sencillo del artista plástico José Ernesto Rodríguez. Simulación de un graffitti que dejaba entrever al fondo una ciudad a través de un rótulo: La Aldea. Sobre un andamio de dos metros, el prestigioso artista plástico y fotógrafo Michel Mirabal realizaba un action painting que culminaría en una bandera cubana de su conocida serie «Banderas». Conjunto de obras que no tiene como intención estética la vexilología, sino la apropiación y transfiguración de nuestra insignia nacional.
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Presentación de los próximos invitados. Punto climático de Siete Años con «La Aldea». Honor para los que honores merecían. Pasacalle de lujo. Los pesos pesados de la lírica y de la rima. La consagración misma del flow. MCs que conforman la reconfiguración de la línea “radicalmente” underground dentro del Rap cubano. Todos compartieron temas en distintos discos de «Los Aldeanos». No necesitaban presentación.
Trece minutos sin pausa. Pista sobre pista.
Irrumpe en el escenario, abriendo el desfile, Raudel “Escuadrón Patriota,” featuring del tema “Por si mañana” del disco «Miseria humana»; “El Discípulo” toma al escenario con “El rap es guerra” del disco «El Atropello»; “Maikel Xtremo” presentando la canción “Koniec” del disco «Recor-Pila-Acción»; seguido de la exaltada presentación de “Papá Humbertico” con el tema “AO” del disco «El Atropello»; es el turno de “Karel el Indomable” con el tema “Andan buscando a Alexander Bukowski” del disco «Comisión Depuradora Vol. 2». El escenario sigue encendido con la explosión suprema de Etían y el tema “Estoy pa´ vieja” de su disco «Poco Bonito»; detrás sale Soandry de “Hermanos de Causa” con el tema “Vampiros en La Habana” del disco «Recor-Pila-Acción»; seguido de “El Enano” con el tema “El de´o en el atary” del disco «Mr Hyde». Sin pausa entra “Charly Mucha Rima” cargando velocidad lirical con el tema “H1N1” del disco «Nos achicharraron»; y cerrando el desfile “Silvito El Libre” con el tema “Mamá y el rap” del disco «Los KbayroS”

«Los Aldeanos» agradecen a cada uno de estos MCs su compromiso con el Hip-Hop, la fe compartida cuando llovieron raíles de punta, la permanencia a pesar de la corriente en contra, la pertenencia nunca negociable, la actitud consecuente y la resistencia.
Lágrimas en el escenario. Lágrimas en el público.
Estado de ebullición. El “Acapulco” es un volcán en erupción. «Los Aldeanos» alistan el rifle y abren fuego. Disparan consecutivamente “El atropello,” del disco «El Atropello» y “Nananana” de su próximo disco «D’Finy Flowww».
Pausa breve para recargar. Le siguen en ráfaga “Pésima Conducta” del disco «Mantenimiento al Alma», “Idbaee” del disco nuevo de «El B», «Viva Cuba Libre», “Vereda Tropical” del disco «Nos Achicharraron» y “Los Asesinos,” también del disco «D’Finy Flowww».
Cierran la maratón cuestionando la conducta que los cubanos solemos asumir frente a “lo extranjero” y “el extranjero” subvalorándonos a nosotros mismos. No hay mejor ocasión para romper la pista con el tema “Mangos bajitos,” del disco «El Atropello».
Pausa: El público
(Centro Cinematográfico “Acapulco”: capacidad de mil cuarenta Y siete lunetas).
«El Aldeano» los convida a demostrar la disciplina que siempre ha distinguido a los seguidores del rap.
Casi dos mil personas adentro. Casi mil personas al otro lado. Contra algunos pronósticos, la disciplina de ambos públicos fue trascendental. Tributo que evidencia el respeto, no sólo de los seguidores del hip-hop y sus exponentes, sino el que se han ganado «Los Aldeanos» por la consagración a sus principios y a sus discursos estéticos. Detalle que no queremos obviar. Detalle que no debiera olvidarse.

Pausa: La filmación
Paréntesis con información añadida. La grabación del concierto estuvo a cargo de «Producciones Raspadura» y «La Central», grupos de jóvenes independientes cuya motivación de desarrollo profesional ha sido la misma Aldea. La productora audiovisual de la AHS, encargada de registrar el archivo histórico de la Asociación. Al mando de la presentación artística detrás del telón se encontraban Livan González a cargo de mantener el guión corriendo a tiempo y Hugo Torres dirigiendo la producción general del evento.

«Los Aldeanos» agradecen a todos aquellos que hicieron posible la realización de Siete Años con «La Aldea». Especialmente al público/pueblo, la razón primera de la existencia de «Los Aldeanos».
Rompe el track “Fue un placer,” del disco «El Atropello». Felicitan al pueblo por su presencia, agradecen su comportamiento y se despiden. Como era de esperar, el público exige: “otra… otra… otra.”
«El Aldeano» impone condiciones. “Vamos a darles otra, pero con una condición… que todos nos vayamos de aquí tranquilos. Sin fajarnos uno con el otro… que este concierto no haya sido por gusto….vamos a querernos…vamos a salir de aquí queriéndonos”.
Lo prometido es deuda, rompe el tema final, “Pasa el borrador,” del disco «El Atropello».
«El Aldeano» cierra con las palabras claves que describen uno de los fundamentos de «La Aldea»…. “todos tenemos el derechos de luchar por nuestro país, la solución no es la emigración, este es nuestro país, las soluciones están aquí entre nosotros.”
El público corea “Viva Cuba Libre…”
En honor al reclamo «Los Aldeanos» se despiden alzando cada uno su bandera cubana como habían comenzado el espectáculo.
La conmoción es total.
Parte de una deuda ha sido saldada. Queda la añoranza de los recuerdos, pero esta permanecerá por siempre, inamovible. El Centro Cinematográfico “Acapulco” no sospecha que ha pasado a la historia como el sitio donde aconteciera una utopía que se le ha regalado al pueblo de Cuba. Sobre ello no caben dudas algunas.


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