La
trascendencia de Siete Años con «La Aldea», más allá de mostrar los
presupuestos estéticos y líricos de «Los Aldeanos», –presupuestos escamoteados
y eclipsados por un debate hartamente manipulado entorno a sus letras– estaría
marcada en la declaración de actitud expresada por «El Aldeano»: “A lo único
que pertenecemos es a la Asociación Hermanos Saíz y al corazón de este pueblo.
No somos asalariados del imperio, no te equivoques.” Reafirmada en las palabras
de «El B»: “Si viniste a ver un espectáculo político estas muy, pero muy
equivocado, esto es música del pueblo para el pueblo.”
Reafirmación
de la coherencia entre sus discursos y la postura que asumen: la verdad como
lógica de vida, desde la tangencia, a contracorriente, sin complacencias, ni
medias tintas… asumiendo el riesgo de sus lecturas otras sobre un contexto con
el cual no se identifican enajenados, sino una voz otra, áspera y
cuestionadora. Riesgo que los ha ubicado en el vórtice de una polémica y en la
vorágine de un diferendo que debe ser solucionado desde el diálogo, que debe
ser confrontado desde la pertenencia, que debe ser escuchado desde la lucidez.
DJ Neury
calienta las pistas. «Los Aldeanos» interpretan un pot purri de sus temas. El
público es el coro. Todas las manos están alzadas. Ocurre el desborde,
imposible de contener, hasta el pie del escenario.
Rompe el
primer track: “Los Aldeanos,” del disco «El Atropello».
(Cada track
va precedido por imágenes de la vida cotidiana cubana, de su quehacer, del
“sino” que a diario carga sin dramatismo ni fetiches. Imágenes bien captadas,
sin la pedantería gratuita de lo “supuestamente” apolítico. Imágenes de Cuba tal
cual es Cuba. El VJ conoce su oficio).
Pausa. «El
Aldeano» y «El B» intercambian con el público. Saben que le hablan a su pueblo,
allí representado, y lo hacen desde un respeto sagrado que el público le
corresponde. Irrumpe el segundo track: “Las mykiss,” del disco «Censurados».
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Pausa: La
promoción
El concierto Siete Años con «La Aldea» estaba pactado para sucederse el sábado 24 de abril. Una vez más, razones de estrategia decidieron no realizar promoción ninguna en los medios de difusión masiva, excepto una nota de prensa circulada, vía correo electrónico, el miércoles 7 de abril. Una semana más tarde los coordinadores de Siete Años con «La Aldea» enfrentan un imprevisto: cambio de fecha para el viernes 23. El lunes 19 de abril se circula una nueva nota de prensa, donde se agrega que las entradas para la presentación estarían a la venta desde el jueves 22, a las once de la mañana. Hora y media después las entradas quedaron agotadas.
El concierto Siete Años con «La Aldea» estaba pactado para sucederse el sábado 24 de abril. Una vez más, razones de estrategia decidieron no realizar promoción ninguna en los medios de difusión masiva, excepto una nota de prensa circulada, vía correo electrónico, el miércoles 7 de abril. Una semana más tarde los coordinadores de Siete Años con «La Aldea» enfrentan un imprevisto: cambio de fecha para el viernes 23. El lunes 19 de abril se circula una nueva nota de prensa, donde se agrega que las entradas para la presentación estarían a la venta desde el jueves 22, a las once de la mañana. Hora y media después las entradas quedaron agotadas.
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“Nosotros
vamos a pedir un minuto de silencio por toda la gente linda que no está con
nosotros ya,” convida «El Aldeano». La solemnidad gravita en el “Acapulco.” Más
que homenaje es una ofrenda de honra y respeto que culmina con el público
reclamando una vez más “la aldea…la aldea… la aldea.”
Los valores
morales y sociales que se han perdido. Pérdidas que no se justifican bajo
situaciones de agobio, ni ante el sacrificio diario por la sobrevivencia. El
corazón es lo que da y lo que salva. Pero la resignación tampoco es la salida,
sino el riesgo de horadar las disyuntivas. Mensaje que «El B» regala al
público. Gravita la solemnidad ante la fuerza de su palabra. DJ Neury poncha, y
rompe el tercer track: “Miseria humana”, del disco «Miseria humana».
«El Aldeano»
introduce el tema sobre el freestyle. El público sospecha lo que se aproxima.
La pantalla proyecta imágenes de “Las Batallas de Gallos” 2007 y 2008. Ovación
cerrada que reverencia a «El B», campeón indiscutible de las dos lides.
Puro clímax.
«El Aldeano» propone el pie forzado y «El B» ofrece una clase magistral de
freestyle. No hay dudas. Ganarle a «El B» será una tarea ardua para cualquiera
que le presente duelo. Cierran el Freestyle con el coro de “La naranja se
pico,” recordándole al publico que los derechos negados no se olvidan, pero se
traspasan.
«El Aldeano»
y el «El B» presentan a sus primeros invitados: «El Relevo de Nuevo Vedado»,
agrupación integrada por tres niños.
Momento
emotivo. «El Aldeano» pide al público apoyo y respeto para ellos. Tres niños
que un día tocaron a la puerta de «26 Musas» (templo y estudio de «La Aldea»).
Querían que Aldo les hiciera un background. Iban a participar en un concurso,
tenían el texto pero no la música. El producto final fue la canción “Medio
Ambiente”, ganadora del “Concurso Provincial de Medio Ambiente” en la modalidad
de “Canción” en la Educación Primaria. Un orgullo para ellos compartir
escenario con «Los Aldeanos». Un orgullo para «Los Aldeanos» que tres niños, y
sus familiares, le hayan otorgado la confianza de guiarlos en el empeño de ser
raperos. Más allá del compromiso, el público le ofreció respeto, honores y
aplausos merecidos. De manos de «El Aldeano» y «El Bi» recibieron dos sencillos
obsequios uno de «La Aldea», y de la «Asociación Hermanos Saíz».
Pausa.
Cambio de DJ.
DJ Neury
deja la pista hirviendo. Le entrega el mando a otro coloso de las máquinas: DJ
Wichy D´Vedado. El público le da la bienvenida. Poncha. Rompe el cuarto track:
“Niñito cubano,” del disco «El Atropello».
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La
escenografía
Diseño escenográfico sencillo del artista plástico José Ernesto Rodríguez. Simulación de un graffitti que dejaba entrever al fondo una ciudad a través de un rótulo: La Aldea. Sobre un andamio de dos metros, el prestigioso artista plástico y fotógrafo Michel Mirabal realizaba un action painting que culminaría en una bandera cubana de su conocida serie «Banderas». Conjunto de obras que no tiene como intención estética la vexilología, sino la apropiación y transfiguración de nuestra insignia nacional.
Diseño escenográfico sencillo del artista plástico José Ernesto Rodríguez. Simulación de un graffitti que dejaba entrever al fondo una ciudad a través de un rótulo: La Aldea. Sobre un andamio de dos metros, el prestigioso artista plástico y fotógrafo Michel Mirabal realizaba un action painting que culminaría en una bandera cubana de su conocida serie «Banderas». Conjunto de obras que no tiene como intención estética la vexilología, sino la apropiación y transfiguración de nuestra insignia nacional.
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Presentación
de los próximos invitados. Punto climático de Siete Años con «La Aldea». Honor
para los que honores merecían. Pasacalle de lujo. Los pesos pesados de la
lírica y de la rima. La consagración misma del flow. MCs que conforman la
reconfiguración de la línea “radicalmente” underground dentro del Rap cubano.
Todos compartieron temas en distintos discos de «Los Aldeanos». No necesitaban
presentación.
Trece
minutos sin pausa. Pista sobre pista.
Irrumpe en
el escenario, abriendo el desfile, Raudel “Escuadrón Patriota,” featuring del
tema “Por si mañana” del disco «Miseria humana»; “El Discípulo” toma al
escenario con “El rap es guerra” del disco «El Atropello»; “Maikel Xtremo”
presentando la canción “Koniec” del disco «Recor-Pila-Acción»; seguido de la
exaltada presentación de “Papá Humbertico” con el tema “AO” del disco «El
Atropello»; es el turno de “Karel el Indomable” con el tema “Andan buscando a
Alexander Bukowski” del disco «Comisión Depuradora Vol. 2». El escenario sigue
encendido con la explosión suprema de Etían y el tema “Estoy pa´ vieja” de su
disco «Poco Bonito»; detrás sale Soandry de “Hermanos de Causa” con el tema
“Vampiros en La Habana” del disco «Recor-Pila-Acción»; seguido de “El Enano”
con el tema “El de´o en el atary” del disco «Mr Hyde». Sin pausa entra “Charly
Mucha Rima” cargando velocidad lirical con el tema “H1N1” del disco «Nos
achicharraron»; y cerrando el desfile “Silvito El Libre” con el tema “Mamá y el
rap” del disco «Los KbayroS”
«Los
Aldeanos» agradecen a cada uno de estos MCs su compromiso con el Hip-Hop, la fe
compartida cuando llovieron raíles de punta, la permanencia a pesar de la
corriente en contra, la pertenencia nunca negociable, la actitud consecuente y
la resistencia.
Lágrimas en
el escenario. Lágrimas en el público.
Estado de
ebullición. El “Acapulco” es un volcán en erupción. «Los Aldeanos» alistan el
rifle y abren fuego. Disparan consecutivamente “El atropello,” del disco «El
Atropello» y “Nananana” de su próximo disco «D’Finy Flowww».
Pausa breve
para recargar. Le siguen en ráfaga “Pésima Conducta” del disco «Mantenimiento
al Alma», “Idbaee” del disco nuevo de «El B», «Viva Cuba Libre», “Vereda
Tropical” del disco «Nos Achicharraron» y “Los Asesinos,” también del disco
«D’Finy Flowww».
Cierran la
maratón cuestionando la conducta que los cubanos solemos asumir frente a “lo
extranjero” y “el extranjero” subvalorándonos a nosotros mismos. No hay mejor
ocasión para romper la pista con el tema “Mangos bajitos,” del disco «El
Atropello».
Pausa: El
público
(Centro Cinematográfico “Acapulco”: capacidad de mil cuarenta Y siete lunetas).
«El Aldeano» los convida a demostrar la disciplina que siempre ha distinguido a los seguidores del rap.
(Centro Cinematográfico “Acapulco”: capacidad de mil cuarenta Y siete lunetas).
«El Aldeano» los convida a demostrar la disciplina que siempre ha distinguido a los seguidores del rap.
Casi dos mil
personas adentro. Casi mil personas al otro lado. Contra algunos pronósticos,
la disciplina de ambos públicos fue trascendental. Tributo que evidencia el
respeto, no sólo de los seguidores del hip-hop y sus exponentes, sino el que se
han ganado «Los Aldeanos» por la consagración a sus principios y a sus
discursos estéticos. Detalle que no queremos obviar. Detalle que no debiera
olvidarse.
Pausa: La
filmación
Paréntesis con información añadida. La grabación del concierto estuvo a cargo de «Producciones Raspadura» y «La Central», grupos de jóvenes independientes cuya motivación de desarrollo profesional ha sido la misma Aldea. La productora audiovisual de la AHS, encargada de registrar el archivo histórico de la Asociación. Al mando de la presentación artística detrás del telón se encontraban Livan González a cargo de mantener el guión corriendo a tiempo y Hugo Torres dirigiendo la producción general del evento.
Paréntesis con información añadida. La grabación del concierto estuvo a cargo de «Producciones Raspadura» y «La Central», grupos de jóvenes independientes cuya motivación de desarrollo profesional ha sido la misma Aldea. La productora audiovisual de la AHS, encargada de registrar el archivo histórico de la Asociación. Al mando de la presentación artística detrás del telón se encontraban Livan González a cargo de mantener el guión corriendo a tiempo y Hugo Torres dirigiendo la producción general del evento.
«Los
Aldeanos» agradecen a todos aquellos que hicieron posible la realización de
Siete Años con «La Aldea». Especialmente al público/pueblo, la razón primera de
la existencia de «Los Aldeanos».
Rompe el
track “Fue un placer,” del disco «El Atropello». Felicitan al pueblo por su
presencia, agradecen su comportamiento y se despiden. Como era de esperar, el
público exige: “otra… otra… otra.”
«El Aldeano»
impone condiciones. “Vamos a darles otra, pero con una condición… que todos nos
vayamos de aquí tranquilos. Sin fajarnos uno con el otro… que este concierto no
haya sido por gusto….vamos a querernos…vamos a salir de aquí queriéndonos”.
Lo prometido
es deuda, rompe el tema final, “Pasa el borrador,” del disco «El Atropello».
«El Aldeano»
cierra con las palabras claves que describen uno de los fundamentos de «La
Aldea»…. “todos tenemos el derechos de luchar por nuestro país, la solución no
es la emigración, este es nuestro país, las soluciones están aquí entre
nosotros.”
El público
corea “Viva Cuba Libre…”
En honor al
reclamo «Los Aldeanos» se despiden alzando cada uno su bandera cubana como
habían comenzado el espectáculo.
La conmoción
es total.
Parte de una
deuda ha sido saldada. Queda la añoranza de los recuerdos, pero esta
permanecerá por siempre, inamovible. El Centro Cinematográfico “Acapulco” no
sospecha que ha pasado a la historia como el sitio donde aconteciera una utopía
que se le ha regalado al pueblo de Cuba. Sobre ello no caben dudas algunas.
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